Galletas de mantequilla

Hoy toca compartir contigo otra entrada de las básicas, pero también de las más repetidas, ¿quién no ha hecho galletas alguna vez ...?.

Yo ya he perdido la cuenta de las galletas de mantequilla que han salido del horno de mi cocina, pero es que haciendo galletas me encuentro como pez en el agua, es un vicio preparar la masa, un vicio darles forma, un vicio hornearlas y un vicio todavía mayor degustarlas, puedo asegurar que de estas galletas caseras no quedan ni las migas, de eso ya se encarga Mica.

Siempre hago la misma receta porque me parece que tienen un sabor delicioso, así que yo me aplico aquello de ... "si algo funciona, para qué cambiarlo", siempre utilizo la misma cantidad de ingredientes, no soy nada dada a dividir o doblar las cantidades de las recetas, será una manía, pero tengo la sensación de que si las modificas el resultado final ya no es el mismo.

Es muy importante utilizar ingredientes de buena calidad para obtener un buen resultado, se nota especialmente en la mantequilla y más aún en los huevos, si los tienes de casa mejor que mejor, aparte del sabor que les aportan, les dan otro color.

Mi receta de galletas caseras de mantequilla es ésta:

TIPS:

• Salen unas 28-30 unidades
• Molde: cortador de galletas redondo de un diámetro de 7,5 cm
• Temperatura del horno: 170ºC con calor arriba y abajo

INGREDIENTES (todos a temperatura ambiente):

• 300 g de mantequilla
• 200 g de azúcar
• 2 yemas de huevo
• 600 g de harina
• una pizca de sal

MODO DE PREPARACIÓN:

Tamizamos la harina y la sal. Reservamos.

Cortamos la mantequilla en dados, añadimos el azúcar y con el accesorio pala de nuestro procesador removemos hasta que estén bien mezcladas.

Incorporamos las yemas de una en una y seguimos removiendo hasta que se integren completamente.

Sin dejar de remover y a cucharadas vamos añadiendo la mezcla de harina y sal hasta terminarla.

Puede haber un punto en que tengamos una mezcla arenosa y que parece que no va a unir pero hay que seguir removiendo hasta conseguir una masa homogénea.

La sacamos del procesador y sobre la encimera de la cocina le damos un amasado de un par de minutos a mano.

Repartimos la masa en dos bolas que envolvemos en film transparente y dejamos en la nevera enfriar durante 2-3 horas.

Pasado ese tiempo vamos a formar las galletas.

Precalentamos el horno.

Preparamos las bandejas, si son especiales para galletas podemos hornearlas directamente sobre ellas simplemente engrasándolas un poco o poniendo una hoja de papel de horno.

Cogemos una de las bolas y "abrazándola" bien con las manos para que no se nos desperdigue la masa le damos unos amasados hasta conseguir que sea manejable.

Con un rodillo, lo ideal es que sea con aros niveladores del estilo Joseph Joseph para que salgan todas las galletas iguales, extendemos la masa entre un papel de horno (debajo) y film transparente (encima). Yo utilizo el aro rojo de 6 mm porque me gusta que cuando como una galleta sepa lo que estoy comiendo y no sea demasiado fina.

Con un cortador de galletas vamos haciendo las formas sobre la masa y pasándolas a la bandeja.

Para levantarlas no lo haremos metiendo los dedos por los bordes porque las deformaríamos, lo correcto es levantar un poco el papel de horno por una esquina e ir volcando las galletas una a una del revés sobre la palma de nuestra mano y de ahí y del derecho a la bandeja, así conseguiremos que mantengan su forma intacta.

Horneamos durante 16-18 minutos o hasta que veamos que comienzan a dorarse por los bordes, ese es el momento justo en que las debemos sacar del horno porque con el calor residual de la bandeja terminarán de dorarse por completo.

Dejamos templar un poco antes de pasarlas a una rejilla para que terminen de enfriarse.

Si es posible y no estás "poseíd@" por el olor de las galletas, mejor esperar al día siguiente para probarlas porque estarán mucho más ricas, pero eso de esperar soy consciente de que es muy difícil.

¡Espero que las disfrutes!.